Sin palabras (poesía)

29.09.2011 14:03

 

Todo es tan estruendosamente sigiloso

Como la hora del combate proceloso

De diálogos no se como platón lo hacia

Y Freire, el de ahora, recomienda,

Y aunque poeta soy no tengo el verbo

Gracioso y chistoso del granuja

Que de todo conversa,

Si no un silencio profundo de cisterna,

De latebrosa espelunca donde todo

Se queda monologado y sumergido

Como en noches de insomnio desmedido.

 

Atreves del silencio algo se cuela

Tan monolítico como el amor.

Tan pétreo como la muerte,

Tan gigante como la vida y sus pendones,

Tan pequeño como un cero diminuto

Que vaga entre las turbas ignorado

Con su invisible coraza de mutismo.

De hablar.

Lo que se llama hablar; lo necesario,

Es decir, lo indispensable, lo preciso,

Sin lacónico ser. Ni ser grosero,

Subido en la tribuna hilvanar puedo

Un montón de palabras que se sueltan

Y en vuelo pasan sobre las conciencias

Produciendo impaciencias,

Pero de tu a tu, hablar no puedo

Por mas que se me señalen con el dedo,

Porque aun no es posible lo imposible,

Ni lo será jamás.

 

Como un exilio vago por las calles.

Vago sin hablar sonoramente

Y juzgo mi paso inadvertido,

Pero cuando alguien grita mi apellido

En tono de intención premeditada,

Digome; hanme visto,

No pude pasar sin ser mirado,

Transparente no soy y estoy presente

Con mi fardo de de penas y canciones.

 

Me ven y el descuido me olfatean,

De mi físico comen,

De mi actuar descomen,

Y mi pensar carcomen,

Más no logran turbar mi transparencia,

Ni de tener el curso de la marcha

Que en silencio prosigo.

 

Después no me dejan hablar

Que oír no quieren si no sus alabanzas

Y el oro que inclina sus balanzas,

Callo, sin aprender a callar

-que nadie lo extremos ha insinuado-

Como hablo, sin aprender el habla sandunguera

Que imposibles escuelas nos imponen.

 

Hablo a través del silencio

Y cuando hablo, monologo conmigo

Los discursos que te debo y no te pago,

Que de hacerlo la jungla estallara

Y cuando ahogadas las palabras sobrenaden

Fulgurara la ardiente poesía,

La irreverente poesía,

La muda la valiente poesía.

 

No quieren oír mi voz que es la del pueblo,

Pero hablare con bemoles y silencio

O con señales o con cataclismos,

Como dicen que lo hizo un gran maestro.

 

No quieren oír mi voz;

No la quieren oír y yo la digo,

No la quieren decir y yo la escucho,

No la quieren leer y yo la escribo,

La quieren ignorar y la declamo

Sin saber declamar

-para verla pasar de mano en mano-

Y la digo sin hablar,

Sin callar,

Sencillamente la digo sin palabras

A través de un silencio

Que al criminal mancilla.

 COMPLETA.

A TRAVES DEL SILENCIO